Consecuencias
Mundo infame… ¿Por qué en mil angostos caminos te divides? Mal comienzo. No es un hecho reprochable al universo, por ellos la vida es misteriosa y apasionante. Pero sí recrimino al tiempo, ese amargo enemigo, protagonista de mi próxima exposición, por exigirme a su antojo y sin consejo, a escoger entre alguna de esas vías.
El mayor inconveniente planteado en estos momentos, se halla en el dolor que una decisión puede causar. “Bien poco enseñó la vida a aquellos a los que no enseñó a soportar el dolor.” (Arturo Graf) Nada sé de la vida entonces, pero si consigo adivinar un camino doloroso y acertado a la vez, es transparente, lo escojo.
La finalidad de todo esto no es otra que hallar respuesta a los últimos interrogantes que expelen mis sesos… Si dicha inferencia puede causar dolor a quienes más te importan, ¿qué hacer? ¿Cómo elegir si ello influenciará seriamente en los demás?
Realmente no hay solución, sólo cabe clausurar las acciones de uno mismo con determinación, creyendo que serán las más convenientes, y con la tímida esperanza de no llevar la situación a peor.
“En huir del dolor nunca hay victoria.” (Ramón de Campoamor)
1 comentario
}QuasaR{ -
Ahora bien.
En frío también es uno consigo mismo. Uno consigo mismo puede pensar mañaquerías para autoconvencerse de que el camino que desea es mejor, a pesar de hacer daño.
Lo que hay que hacer es coger una balanza, y muy friamente, pensar qué es lo que más le conviene a uno.
Pero... ¿egoístamente?
Esto es muy complejo y depende de la situación concreta.
Pero me atrevo a decir que sí. Al fin y al cabo, tu vida es sólo tuya, y cada uno se debe de preocupar por la suya.
¿Por qué este egoísmo? Bueno. Probablemente... si tú o alguien toma una decisión que hace daño a alguien... es porque ese alguien hace algo que te hace daño a ti... es lógico. Por lo tanto, o ambas personas piensan en la otra, hablando las diferencias y llegando a un acuerdo, o entonces estudias la balanza fríamente, pones en cada parte de la balanza cada una de las decisiones, y a ver cual pesa más.
"Vale, esto no va a cambiar, si ella, él, ellos (quien sea) no piensan en mí, yo tomaré una decisión egoístamente, no por fastidiar, si no porque es lo que siento que me hará más feliz, tiene más peso en la balanza que mi situación actual".
Y punto.
El dolor se ha de soportar si tiene una causa o lógica o incapaz de cambiarse, pero recibir una bofetada y poner la otra mejilla, jamás.
Esto es un poco hablar por hablar, porque no se cuál es el problema, pero espero haberme explicado.